domingo, 28 de junio de 2015

El Moisaco de Ravenna


Meister von San Vitale in Ravenna 008.jpg

Y ya que describí la hechura de mi collar como un mosaico, voy a escribir sobre el que más me fascina.  Me refiero al grandioso mosaico que inmortalizaría para siempre a la mas famosa pareja de Bizancio, la constituida por Justinanio el Grande y su hermosísima mujer : la emperatriz Teodora.

Teodora, mujer tan prestigiosa en los prostíbulos, como más tarde en el trono y la política de su marido.

Analicemos el mosaico donde nuestra protagonista está representada con toda la majestad del orbe.  En él, la emperatriz, a efectos de mostrarnos su grandeza, está acompañada de un séquito igual de majestuoso que ella y con una hermosura que no nos deja indiferentes...

Esas perlas, la gayadura de su manto, esa imponente corona...
¡Cuánta elegancia para una mujer que había nacido en una de las escalas más infirmas de la sociedad y en medio de un mundo tan hostil comó áspero!

Hija de un domador de osos, había crecido en el ir y venir de la vida de los circos.  Por esta razón, su futuro no parecía reunir ningún requisito para la esperanza.  Sin embargo, con el devenir del tiempo y la gracia de sus hechuras, su vida cambió.  Ahora ya no duerme al relente, ni se desplaza en el carromato cochambroso de su padre.  Se ha convertido en una reputada bailarina que encandila a todo Bizancio con el arte impagable de sus danzas lascivas.

En esos años de contoneo profesionalmente obsceno, aparecerá su primer detractor : Procopio.
Ségun el cual, la bella Teodora, tampoco tenía reparos en amenizar con sus encantos el catre de unos cuantos bizantinos.  !Memeces!

Los chismorreos implacables suele surgir de algún resentido dolido, sin duda, por no haber alcanzado la gracia de tus favores.

Por suerte aquellas acusaciones de Procopio, no mitigarían su progresso.  Al contrario, la catapultaron más hacia la fama, no tardando en recalar en la cama del emperador.  El cual, una vez que se deleitó con sus encantos, ya no tuvo vuelta atrás : Justiniano (el exegeta de los textos cristianos) delira.
Es tan exorbitante su amor, tan hormonal, tan satisfactorio que pronto decidirá casarse con ella...

Sucediera como sucediera, hay que resaltar en Teodora dos distinciones : era inteligente y había pulido su talento en la más fecunda de las universidades : la universidad de la miseria.
La primera distinción es un regalo del azar.  La segunda es la que enseña a estrujar el mundo siempre en tu provecho.

Juan de Éfeso que la conocía muy bien y no la infamaba, siempre le llamó "Teodora la meretriz"...
Insisto, ¡qué lastimero manía tienen algunos de infamar lo que no está a su alcance!

Y, ¿qué importancia podemos concederle entonces al zangoloteo de sus detractores?  Ninguno.
Lo importante es que Justiniano la amó hasta el fin de sus días.  La amó, sin concederle mucho crédito a las diatribas maliciosas que circulaban por la ciudad sobre la honestidad de que iba a ser su mujer.  Sencillamente, la amaba y punto.  Y cuando se trata de la felicidad, el amor se vuelve sordo, combativo y perdonable.

Hagamos, empero, un somero análisis de la situación : ¿acaso en el establishment de la corte bizantina podía ser admisible el matrimonio de su emperador con una bailarina que rezumaba lascivia?  Eran reservas mundanas; lo sé.
Pero eran a la vez el motivo suficiente para alimentar las comidillas del Imperio; el azote de los púlpitos; un falso pudor contra el libertinaje de Teodora; las exigencias de una virtud a todas luces estúpida... En definitiva, la gota de agua que agotó la paciencia del joven emperador.

El cual hacía poco tiempo que se había asimilado al todopoderoso, y ya podía cambiar las leyes del imperio a su antojo...
¿Cuál de los eruditos de Bizancio había pronosticado que una pequeña bagatela circunstancia podía interponerse en el destino de una meretriz tan hermosa?

El caso es que la historia de esta pareja daría para escribir una enciclopedia. No en vano Justiniano fue uno de los mayores juristas de la historia. Y Teodora, la mujer inteligente que sabría mitigar como nadie, las ansias imperialistas de su marido.

Ella y su resolución pondrían mil obstáculos a la campaña urdida por su marido y el general Belisario para la conquista de Persia. Teodora no padecía los delirios extravagantes de la conquista.
Porque, sabía como nadie, lo ruinosas que resultan las guerras.
A quien había padecido hambre, frio y miseria como ella, en nada podía complacerle ver la destrucción de su pueblo.

¿Decidme si esta mujer bella y fastuosa no se merece mi collar, el cual puedes comprar en www.etsy.com/listing/237785596/a-mosaic-collar-packets-of-cotton-filled?ref=shop_home_active_7



jueves, 25 de junio de 2015

Sueño con volar



Hay que ver lo que es la vida.

En mi niñez, si alguien me hubiera preguntado para qué podrían utilizarse las plumas de ave, mi respuesta hubiera sido que sólo las imaginaba adornando la cabeza de Montezuma o del gran Toro Sentado, aquel que hizo las delicias de nuestra infancia en las películas de Buffalo Bill.



Las plumas, para mí, sólo servían de tocado para los indios o como adorno en el tintero de una vieja escribanía; nada más.

Ahora, mira por donde, su grandeza única, el vestigio de poder que adornaba ciertas cabezas, tras años de alienación, ha pasado a adornar y sin contradicción posible, nuestros atuendos.

Aunque si uno lo piensa bien, nuestras abuelas ya las llevaban cosidas sobre sus elegantes sombreros.
¿Qué mujer de clase salía de su casa sin un bello sombrero sobre la cabeza o sin la delicadeza de unos guantes, que tanto servían para cubrir sus manos, como para lanzar un requiebro al galán de turno ?...
Sí la elegancia en aquellos tiempos pasaba por unas normas bien establecidas que ninguna mujer osaba saltarse.

Tampoco se las saltan "the fashionable British ladies" cuando acuden a las carreras de Ascot con esos sombreros imposibles que son más importantes que los propios caballos...
Las plumas que adornan esos sombreros suelen ser tan descomunales que una se pregunta ¿cuántos faisanes no perderán el aliento en los días aciagos que preceden al evento?

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Eso no es mi caso. Profeso un respecto infinito hacia todos los animales. Por ello puedo juraros que las plumas que yo trabajo, sólo llegan a mis manos después de limpiar unas pajareras.
Mi administrador de plumas colecciona aves exóticas para recrearse en su belleza y sólo come sus huevos. Pero, lo conozco, y sé que sería incapaz de matar a ninguno de ellos.  No sería capaz de matar ni a uno de esos mosquitos atronadores que nos roban el descanso en las noches de verano.

El collar que os presento, está hecho de plumas naturales y sin ningún tipo de tinte.



Una vez seleccionadas por sus bellos matices, por los múltiples dibujos que les otorgó la naturaleza (dibujos que van desde todas las tonalidades castañas, al negro azulado), las coso una a una sobre una base de fieltro recortado con forma de hojas. Esas hojas se colocan luego sobre las dos tiras de ganchillo.
Después, en ciertas zonas, les he aplicado los abalorios rojos...et ¡Voilà!...está terminado.


Este collar no pesa. Un principio casi irrenunciable que rige mi horror por todo lo que me oprime.
Hace tiempo que no venero al dios de la incomodidad ni del dolor. No sé a vosotras. A mi las plumas me sugieren un aire a felicidad y me recuerdan a la eterna osadía de muchos hombres por inventar artilugios que emulen a los pájaros.
Yo sé que sólo en sueños  puedo volar como ellos.  Por ello me conformo si he podido atrapar aquí un ápice mínimo de su belleza.

Este collar ha sido vendido.
Haga clic aquí para ver la descripción de una alternativa maravillosa.



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martes, 23 de junio de 2015

Feliz vuelo


Composición en plumas naturales.

La técnica : dos redondeles de fieltro y un broche de cierre.  En el primero se cosen las plumas que esta vez están rematadas con tres figuras de madera en rojo, amarillo y naranja, y cuentas del mismo material.

La composición admite la combinación con todo tipo de colorido.  Perfecto para castaños, naranjas y amarillos, colores tan de moda en las tendencias de esta temporada.

El tamaño de este broche es entre 13 y 15 cm.

Puedes comprarlo en www.etsy.com/listing/237734584/a-brooch-with-natural-cruelty-free?ref=shop_home_active_4


domingo, 21 de junio de 2015

Armonía de colores sutiles


Este broche está confeccionado a base de plumas naturales en distintas tonalidades de castaños y también algunas plumas de tonalidades verdosas.

Las plumas están cosidas sobre un redondel de fieltro, rematando la composición con cuatro cuentas de tonos beige y castaño.  En otro redondel pegado se cose el broche.

Es perfecto para una solapa blanca, para castaños o negro, si lo que se busca, es un mayor contraste.

Ponerlo siempre sobre el lado izquierdo y bien alto.  Casi a la altura del hombro... ¡Qué se vea bien!

Puedes comprarlo en www.etsy.com/listing/237367356/brooch-with-natural-feathers-a-harmony?ref=shop_home_active_4

jueves, 18 de junio de 2015

Belleza y seducción

No sé desde cuando le vino al género humano la manía de acicalarse.
Tal vez los primeros primates se contentaran solamente con despiojarse a la sombra de una buena acacia en la sabana. En eso consistía todo su arreglo personal.

Hasta que un buen día alguien descubrío que una sarta de conchas colocadas al cuello o unos huesecillos de marfil bien ensartados en el pelo, te daban un "touche" de personalidad.
A partir de aquí hombres y mujeres buscarán el adorno y la belleza como parte de su vida diária.

Nuestros antepasados los Cromagnones se pintaban de rojo hasta después de la muerte.
Quien haya tenido la suerte de visitar el Museo del Hombre en Paris, se habrá deleitado viendo el esqueleto del Hombre del Mentón : un Cromagnon Grimaldi, que tiene toda la cabeza adornada de cucos rojos. El tipo medía un metro noventa. Una estatura que no está nada mal.

Pero no será hasta el Neolítico, cuando las mujeres y los hombres harían clientes asiduos de los buenos joyeros.
4000 años antes de Jesucristo en el valle del Indo han comenzado a surgir las primeras ciudades con calles empedradas y agua corriente (yo nací en una ciudad civilizada del siglo XX que no alcanzó esta sutileza hasta 1916).

Mohenjo-Daro y un poco más tarde Harappa son ciudades de lo más modernas. Sus casas tienen varios pisos de ladrillo cocido, con habitaciones bien ventiladas y cuarto de baño.  En esos cuartos de baño, las bellezas del momento, conservan toda clase de botes con ungüentos y potingues para conservar el hollejo fino y la tez impoluta.

Tampoco se privan de magníficos jarichis para adornar sus trenzas, ni de collares y broches de oro y plata con filacteria de toda clase de piedras preciosas ¡Cómo me gustan estas nuevas ricas!
Y ¡qué sutileza la de esa danzarina cogida al vuelo por un magnífico escultor mientras realiza los pasos de un gracioso baile!


En Mohenjo-Daro, los hombres portan armas de cobre en la cincha, mientras sus felices matrones ya pueden servir sus guisos en vajillas ricamente labradas. Lo dicho...¡Es el colmo del progreso..., la modernidad!

Por lo demás, estos visionarios no se privan de nada. Al Oeste de la ciudadela de Mohenjo-Daro aparecen los primeros edificios administrativos...¡La hemos pifiado!  El mago del clan ha dejado paso al Ministro de Hacienda...
Nos estábamos acicalando y ya se nos echa encima la Declaración de la Renta...¡Seremos majaderos!

En cuanto a la religión no hay templos. Se adora  una diosa madre y a un dios fecundo y tricéfalo.
Sus atributos sagrados son el árbol, el falo (ya empezamos) y la serpiente.

Por ello hay que imaginarse a las jóvenes del Indo mirando al cielo y adorando a algo tan terrenal como un falo erguido.  Se adoraba al verdadero sentido de la vida, sin entregarse a la necedad y la tristeza que sobrevendrían más tarde.

Visto lo visto, os recomiendo seguir la senda de las bellezas del Indo en lo tocante a su gusto por la seducción y los aderezos. Por sus postulados religiosos, no tomo partido.
Lo de adorar falos depende de las necesidades y los gustos de cada cual.

¡Animo y a seguid guapísimas!

viernes, 12 de junio de 2015

Bolitas calientes



¡Vaya nombre para un collar!...

Alguien mal pensado estará ya con la mente en otro lugar ubicado más abajo del ombligo.
Pero yo sólo estaba pensando, al pasarlo por las aguas bautismales, en las tonalidades cálidas de su composición.

El collar está hecho sobre dos tiras de ganchillo.  En una van cosidas las cuentas y los pequeños pompones.  La otra cubre las puntadas y da relieve al collar.

Con esta técnica, la pieza se ajusta perfectamente al cuello y no se mueve.
Tampoco pesa, algo muy digno de tener en cuenta si ya tienes algo oxidadas las cervicales.

El collar combina perfectamente con todo la gama de grises, con negro y, por descontado, con los granates y los rosas.  Como siempre es pieza única... ¡Espero que os guste!


Puedes comprar este modelo exclusivo :
www.etsy.com/listing/237014938/outstanding-crochet-cotton-yarn-collar

sábado, 6 de junio de 2015

Por qué hago collares y broches ?

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Hola. No os digo mi edad.  La edad de las mujeres se encuentra solamente en el carnet de identidad y en el registro.  En la vitalidad y en las ganas de descubrir facetas desconocidas, sólo entra nuestro empeño.

El amor a la exclusividad, a ser diferentes, quizá lo hemos ido desarrollando a lo largo de estos 3 milliones de años que llevamos de evolución.  Mi forma de vestirme, mi collar, mi broche, ha de ser diferente... Soy única, soy especial... Me adoro... Me gusta el color, las formas, soy barroca...

El hecho es que antes no era asi.  Todo cambió cuando hace tres años, me detectaron una enfermedad.
Digamos, un poco complicada.  La médico que me dio la noticia me dijo con una sonrisa que llenaba por completo la estancia : " Te vas a morir ".
Y yo tuve que responderle que ella también.
¿ Qué se creía ?  La vida es tan natural como la muerte. Lo que no olvidaré jamás, es aquella triunfal sonrisa que haría las delicias del Marqués de Sade.

Entonces comenzó una pugna entre ella y yo.  Nos veíamos cada 15 días. Empecé a arreglarme como mo lo había hecho en mi vida.  Parecía que no iba a una consulta médica, mas bien que iba a una boda.
Las revistas de moda, que casi ignoraba, entraron en mi vida por la puerta grande.
Comencé a hacer broches enormes que llenaban mis solapas con fuerza.




                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                      No quería esconder mi cabeza bajo la almohada.  Todo lo contrario : necesitaba llenarme de poderío.
Decía el médico griego Hipócrates (¡ Caramba con los griegos, lo han dicho todo !).  Pues eso, decía Hipócrates que antes de conocer  una enfermedad, hay que conocer al enfermo.  A mí la sádica no me conocía : soy dura de pelar, peleona...digamos, brava.  Sé que la muerte me pisa los talones.
Sólo tengo que correr más que ella.

¡ Y cómo cambian las cosas !  En aquellos momentos estaba escribiendo un libro que se llamaba : "Historia de nuestra calamidad".  Era un libro cargado de humor.  Jamás me había sentido más cómoda escribiendo.  Durante muchos años me había dedicado a investigar la historia no escrita de las mujeres y quería llenar páginas y páginas que obviaran ese desatino.

¿ Qué pasa con la mitad de la humanidad ?  ¿ Es que acaso no hicimos nada ?
¿ Por qué nadie escribe con letras muy mayúsculas como las Curie, madre e hija, se calzaron entre las dos tres Premios Nobel ?
¿ Por qué ya nadie habla de mi adorada Doña Emilia Pardo Bazán, de María Montesori (aquella que se atrevió a hacerle un corte de mangas al mismísimo Benito Musolini) ?

Hay tal cantidad de mujeres ignoradas, de joyas desconocidas.  Yo quería recuperarlas, aplaudirlas, y en la medida de lo posible, con toda la humildad posible, ponerlas en su sitio.

Pero, de pronto, el cerebro se me fue al garete y tuve que dejarlo.  No sé cuándo podré volver a él.
Si lo haré algún día... ¡ Lastima ! Pero no hay mal que por bien no venga.  Y fue entonces cuando entraron en mi vida las telas, las plumas, los hilos y los botones... ¡ Eureka ! No estaba acabada.
Solamente la imaginación, mi imaginación, había tomado un nuevo camino.
Mientras podamos crear algo, por mínimo que sea, estaremos en forma.

Os seguiré escribiendo.

Lita Palas.