martes, 7 de julio de 2015

Embrujo naranja en seda



Con este collar inicio lo que he denominado collares pañoleta por mi sempiterna ley de buscar la comodidad.

Adoro las pañoletas. Pero soy la apología del desastre a la hora de anudarlas al cuello.  A los cinco minutos de iniciar la faena, sobreviene el cataclismo : ya nada está en su sitio.
Por ello imaginé una forma nueva que equilibrase la creacíon con la destrucción.
Y fue en entonces cuando se me ocurrió fijar la tela a algo que la mantuviera en su sitio.
Así surgieron los collares pañoleta.  Descubriendo al mismo tiempo que sobre esas telas podría fijar todo tipo de abalorios y nudos. El goce de trabajar con la aguja, es que no conoce límites.


Esta composición en seda natural va cosida sobre dos tiras de ganchillo. Para darle más volumen, le añadí una guata. Una vez que adquirió la forma, le cosí los abalorios y unos botones forrados.
La consecuencia no se hizo esperar : mis pañuelos ya no se mueven.





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