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La columna rota 1944 |
Uno de esos barrios es Coyoacán, mi lugar preferido en la capital azteca.
Allí está ubicada la Casa Azul que compartieron un matrimonio singular : el formado por los pintores Frida Kahlo y Diego Rivera.
Tengo ahora en mis manos el libro de cocina editado por la hija de Diego, donde se relatan las grandes fiestas donde Frida, a pasar de sus muchas dolencias, agasajaba a sus invitados con múltiples recetas, sabrosas y coloristas de las que se compone la cocina Mexicana.
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Sin esperanza 1945 |
Tenerlo en mis manos es como un viaje en el tiempo.
Hace muchos años visité esa casa, así como la gran casa de piedra donde todavía, en el ultimo piso, se conserva intacto el taller de pintura de Diego.
Pero, donde verdaderamente se exalta la figura de Frida, es en la Casa Azul.
Allí se respira la bravura de Frida unida a la inteligencia y esa virtud, que fue realmente suya : la de transformar el dolor en arte.
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Autorretrato con Dr. Farill 1951 |
Frida había sufrido un accidente de coche siendo muy joven que la llenaría de dolores intensos toda su vida. Pero su mente soberbia no se dejó abatir.
Muy al contrario, su vida exigía excitantes perpetuos y esa pasión bestial la colocó en la cima de la pintura, de la militancia política, del pensamiento liberal y, en definitiva de la historia.
Frida tenía un talento enorme para el arte. Pero más enorme aún era su coherencia intelectual. Por ello se lo permitió y lo vivió todo.
Su yo personal sólo se identificaba con la pasión absoluta.
Frida se pintó así misma muchas veces con el corazón al descubierto y las venas por donde discurre su propia sangre.
Puede que sea una forma de mostrarnos sus operaciones repetidas, la intensidad de su dolor.
Pero es a la vez la forma de mostrarnos al ser nuevo que renacía de todas las batallas que iba librando.
Sus posibilidades sólo se equilibraban con los riesgos.
Acogió a un perseguido Trotsky en su casa.
Reinó sobre las infidelidades de su marido.
Pintó sus cuadros de una forma personal y única.
Probó todas las formulas del sexo.
Para ella ser, era crear.
Nada ni nadie podía detener a la mujer y a la artista que ella quería ser, aunque el México de ayer y de hoy, no tenga unos caminos bien empedrados por donde puedan discurrir las mujeres victoriosas.
Muy al contrario, esos caminos están empedrados por los principios cínicos del machismo, que son los únicos capaces de servir a la violencia que se ejerce contra las mujeres.
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El venado herico 1946 |
El hecho lo es todo y en México hay demasiados crímines contra las mujeres sin esclarecer. Por ello, las mujeres como Frida que saben escapar de su destino y colocarse en la cima de la historia, me enseñan más que todas las filosofías y todas las revoluciones juntas.
Recreándome con la vida y el arte de Frida Kahlo, se encuentra el punto preciso, el lugar exacto, donde yo quiero estar...
¡Viva la mujer de las cejas espesas, el pelo entrenzado con cintas coloristas y la que sabía pintarse las venas por donde discurría tanto dolor y al vez tantas pasiones!