sábado, 17 de octubre de 2015

La inmensa suerte de nacer en una ciudad muy hermosa.

Santiago de Compostela


Una biografía no está completa si uno omite nombrar el lugar donde nació.
Yo he tenido la inmensa suerte de nacer en una ciudad muy hermosa :
Santiago de Compostela.

Y me siento orgullosa de ello porque las rancias y caducas tesis del nacionalismo me rocen la piel...¡No soy tan majadera! 
Como decía mi adorado Schopenhauer, "nacionalista es aquel que se siente orgulloso de un sitio en el que nace por causalidad, cuando no tiene otras cosas de las cuales enorgullecerse."

Si hablo de Santiago es desde otra perspectiva.
Hablo, o puedo hablar de sus muchos encantos, de su hermosa historia, de su gastronomía o de la armonía del conjunto granítico de sus edificios.




Hablo de una sinfonía en piedra que jamás podrá dejarnos indiferente.
Porque a decir verdad, esta ciudad fue hecha por el devenir de los siglos.

Pero también, por la certeza redención de los muchos peregrinos que acudían a postrarse a los pies de su Apóstol.
Por ello Santiago guarda una relación tan sincera entre los hombres y la fe.
Es en definitiva la herencia de grandes sentimentales o de simples viajeros.

Sus muros rezuman culpabilidad, esperanza o ansias de perdón.
Con la pátina sincera de los que creen y creían ciegamente en la redención de un mundo venidero.

El hecho es que ya desde tiempos remotos, existía un camino europeo (el propio Aristóteles habla de ello) por donde los peregrinos acudían en masa para adorar la muerte del sol en el cabo de Finisterre.
Porque en efecto allí terminaba la tierra. Más allá, sólo estaba la nada y el mar.
Las costas gallegas eran el límite del mundo conocido.



Pero las cosas fueron mucho más lejos cuando en la Edad Media, un obispo sentado en la comodidad dogmática de su fe, declaró que en este lugar de la tierra se habían encontrado los restos del Apóstel Santiago.
Así fue como este gran visionario, colocó el "Campo de la Estrella" (Compostela) entre la razón y a sinrazón, entre la historia y la eternidad.




Porque las religiones, si algo tienen en común, es que pueden superponerse unas sobre las otras, sin ningún cambio brusco.
Se cambian los personajes y las normas. El sol, o Santiago...¡Que más da!

Sólo hay una lógica : apaciguar el temor del hombre ante la muerte.
A partir de este momento, los nuevos creyentes se ponen en marcha.



Y esa masa de caminantes llega por fin al monte de La Bacolla (lava cojones).
Desde allí se divisa la ciudad de sus sueños. Se asean un poco (más bien poco) y después de un breve descanso, recorren esperanzados el último tramo del camino.





Y digo que se aseaban poco, porque en la Catedral hay que inventar un artilugio que expanda el olor del incienso y camufle los olores de la naturaleza : es el famoso "Botafumeiro" que aún hoy expande sus aromas sobre los hombres de buena fe que se postran ante el Apóstol.



Y comienza la construcción de la Catedral.
A ella llega la primera plata que viene de México y con ella se construye un altar de plata maciza.
Llegan también desde Guatemala los extraños dibujos de las pirámides de Tikal y los constructores del edificio no tienen problema en hacer dos torres a semejanza de ellas. Se construye el Pórtico de la Gloria y al final esa fachada barroca que justifica la razón de todo el edificio.

Desde aquí se inicia todo el recorrido por la zona antigua.
La calle del Franco trata de definirse como el compendio de toda la gastronomía de la ciudad. ¡Ojo, algunos bares pueden resultar un cazadero de turistas!
La mucha demanda puede destruir los buenos principios.
Aún así, no se conoce el verdadero latir de la ciudad, sin haberla recorrido.

Pero, como en todas las ciudades turísticas hay que alejarse de los jugares masificados y caminar un poco más.
Hay que llegar hasta los jardines de Bonaval y aspirar toda su fascinación romántica.
Hay que perderse por el mercado. Tomar un café con churros en el Universal y pedir que nos informen debidamente sobre los verdaderos templos de la gastronomía gallega.

Los buenos viajes se hacen con una planificación systemática, pero a la vez, aceptando propuestas que no están en las guías y tratando de descubrir el verdadero sentido de las cosas.

A veces hay que vivir a despecho de la lógica con el propósito de aspirar lo más bello que pueda tener una ciudad : el latir de su verdadera alma.

E insisto, mi ciudad tiene un alma europeísta, racional, irracional y barroca.
Fue construida por muchos y por ello es la herencia de todos.
Está abierta a los que lo razonan todo, a los que se lo cuestionan todo, o a los que sólo les preocupa la fe.

Por ello en nombre de su belleza y su historia, os invito de todo corazón a visitarla.

Dos Reis restaurante, Hostel dos Reís Católicos


jueves, 24 de septiembre de 2015

Frida Kahlo, la mujer de las cejas pobladas.

La columna rota 1944
La ciudad de México es un enorme gigante despiadado que, en su crecimiento sin medida, ha ido tragando pequeños y pintorescos pueblitos que aún hoy, conservan todo el tipismo y colorido de antaño.

Uno de esos barrios es Coyoacán, mi lugar preferido en la capital azteca.

Allí está ubicada la Casa Azul que compartieron un matrimonio singular : el formado por los pintores Frida Kahlo y Diego Rivera.

Tengo ahora en mis manos el libro de cocina editado por la hija de Diego, donde se relatan las grandes fiestas donde Frida, a pasar de sus muchas dolencias, agasajaba a sus invitados con múltiples recetas, sabrosas y coloristas de las que se compone la cocina Mexicana.


Sin esperanza 1945
Tenerlo en mis manos es como un viaje en el tiempo.

Hace muchos años visité esa casa, así como la gran casa de piedra donde todavía, en el ultimo piso, se conserva intacto el taller de pintura de Diego.

Pero, donde verdaderamente se exalta la figura de Frida, es en la Casa Azul.
Allí se respira la bravura de Frida unida a la inteligencia y esa virtud, que fue realmente suya : la de transformar el dolor en arte.


Autorretrato con Dr. Farill 1951
Frida había sufrido un accidente de coche siendo muy joven que la llenaría de dolores intensos toda su vida. Pero su mente soberbia no se dejó abatir.

Muy al contrario, su vida exigía excitantes perpetuos y esa pasión bestial la colocó en la cima de la pintura, de la militancia política, del pensamiento liberal y, en definitiva de la historia.

Frida tenía un talento enorme para el arte. Pero más enorme aún era su coherencia intelectual. Por ello se lo permitió y lo vivió todo.

Su yo personal sólo se identificaba con la pasión absoluta.

Frida se pintó así misma muchas veces con el corazón al descubierto y las venas por donde discurre su propia sangre.
Puede que sea una forma de mostrarnos sus operaciones repetidas, la intensidad de su dolor.

Pero es a la vez la forma de mostrarnos al ser nuevo que renacía de todas las batallas que iba librando.
Sus posibilidades sólo se equilibraban con los riesgos.

Acogió a un perseguido Trotsky en su casa.
Reinó sobre las infidelidades de su marido.
Pintó sus cuadros de una forma personal y única.
Probó todas las formulas del sexo.
Para ella ser, era crear.

Nada ni nadie podía detener a la mujer y a la artista que ella quería ser, aunque el México de ayer y de hoy, no tenga unos caminos bien empedrados por donde puedan discurrir las mujeres victoriosas.
Muy al contrario, esos caminos están empedrados por los principios cínicos del machismo, que son los únicos capaces de servir a la violencia que se ejerce contra las mujeres.

El venado herico 1946
El hecho lo es todo y en México hay demasiados crímines contra las mujeres sin esclarecer. Por ello, las mujeres como Frida que saben escapar de su destino y colocarse en la cima de la historia, me enseñan más que todas las filosofías y todas las revoluciones juntas.

Recreándome con la vida y el arte de Frida Kahlo, se encuentra el punto preciso, el lugar exacto, donde yo quiero estar...
¡Viva la mujer de las cejas espesas, el pelo entrenzado con cintas coloristas y la que sabía pintarse las venas por donde discurría tanto dolor y al vez tantas pasiones!

lunes, 14 de septiembre de 2015

Un collar muy colorido para el optimismo




                                             



Está realizado con hilo de algodón, con pequeñas borlas rojas, verdes, amarillas, rosas, azules y negras.

Están montadas sobre dos vueltas de ganchillo rojo y llevan adosado un cordoncillo de los mismos colores y algunas cuentas de madera.




Es ideal sobre una camiseta lisa de cualquier color y no sólo cuenta historias de juventud.

Yo me hice uno para mí y lo llevo cuando quiero darme un toque de frescura a mi universo.

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miércoles, 2 de septiembre de 2015

Ana Karenina, el mamarracho de Vronsky no te merecía


De los personajes de ficción, mejor dicho, de las heroínas de ficción, mí favorita ha sido siempre Ana Karenina. Aquel ser espléndido que León Tolstói creó en un folletín por entregas que se publicaba puntualmente en un periódico ruso.

1848, León Tolstói a los 20 años
De Ana me gusta su rebeldía contra la sumisión de las mujeres a todo lo irracional.
Me disgusta, en cambio, que al final de la obra, no sepa perdonarse y acabe arrojándose a las vías del tren.

Aunque tal vez toda la trama no pudiese tener otro final.
Ella no podía perdonarse. Pero, su creador Tolstói, tampoco podría haberlo hecho.

La emancipación de la mujer, en aquellos momentos, era tan sólo un pequeño embrión levemente intuido por muy pocos intelectuales.

Por ello Tolstói sólo pudo limitarse a transformar, a través de ella, el sentimiento abstracto del amor, en una fuerza pasional desmesurada.

Pero al final aquella libertad, aquella osadía que le ha concedido al personaje de Ana, - seamos realistas - sólo podía redimirse por medio del suicidio.

Su victoria extenuada a duras penas puede llegar a la estación. Luego, la pluma del autor la destruye sin la menor vacilación : La adúltera debe morir.

Sin embargo esa mujer enamorada hasta las trancas, y hasta la negación extrema de su propia vida, dieron cuerpo a un valor, a una rebeldía nueva, que ni siquiera hoy en día ha podido superarse.

Ana representa magnífica el papel para el que ha sido creada. Incluso en el momento en que se chuta con láudano, nos hace defender su postura.

Sigue siendo una mujer bella y un alma bella.
Sigue amando al margen de un quietismo social arbitrario y aburrido que, aún a día de hoy, nos ataca los nervios...

"¡Te adoro, Ana! Mis heroínas siempre han sido destructoras de la injusticia y de todo lo viejo.
Has amado sin la menor vacilación.
Aunque para ello, tuvieras que renunciar a tu hijo, a tu posición y a tu virtud..."

Lo malo es que quando Ana se transforma en una adicta, comienza su declive.


Ya es sólo una proscrita aferrada a un amor que se extingue y a un sentimiento de soledad impotente...

"Porque el mamarracho de Vronsky, querida mía, no te merecía. Al menos en mi lógica particular, no hay una sola idea, no hay un amor que merezca la muerte. No hay ninguna muerte bella por mucho que ya lo estuvieran proclamando llenos de ideales los conspiradores de la Nueva Revolución."

No hay nada más revelador a este respecto que las pisadas de zar Putín sobre la alfombra roja del Kremlin.

Revuelta decembrista 26/12/1825
Según una pintura de Vasily Timm
¿De qué sirvió en 1825 la muerte de los miles de insurrectos que fueron cañoneados en la plaza del Senado en San Petersburgo?
Como todas las victimas de todas las revoluciones resultaron ostensiblemente ineficaces.

Porque el amor y las revoluciones tienen tres premisas : hay que crearlo, hay que conducirlo y hay que rentabilizarlo. No conozco ninguna revolución que haya sido rentable.

Por mucho que se nos diga que la Revolución Francesa nos convertió en ciudadanos...¿A quién? ¿A nosotros o a los banqueros?



Tampoco conozco un desamor que merezca una lágrima y menos que nos lancemos a la vía de un tren...


"Ana querida, sí hubieras sido creada un poco más tarde, sería ese - Don Juan sin mollera - que te robó el corazón, quien merecería desesperarse por haberte perdido."




Por eso te dedico mi gorro.


Sin duda lo hubieras llevado sobre tu cabeza, con todo el poder de esa belleza espléndida que te concedió la pluma de tu creador.


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jueves, 27 de agosto de 2015

Sonetos de madera que sólo se levantaron porque tú les diste la vida.


Pablo Neruda and Matilde Urrutia

"Señora mía muy amada, gran padecimiento tuve al escribirte estos mal llamados sonetos y harto me dolieron y costaron, pero la alegría de ofrecértelos es mayor que una pradera.

Al proponérmelo bien sabía que al costado de cada uno, por afición electiva y elegancia, los poetas de todo tiempo dispusieron rimas que sonaron como platería, cristal o cañonazo.

Yo, con mucho humildad hice estos sonetos de madera, les di el sonido de esta opaca y pura substancia y así deben llegar a tus oídos.
Tu y yo caminando por bosques y arenales, por lagos perdidos, por cenicientas latitudes, recogimos fragmentos de palo puro, de maderos sometidos al vaivén del agua y la intemperie.


De tales suavizadísimos vestigios construí con hacha, cuchillo, cortaplumas, estas madererías de amor y edifiqué pequeñas casas de catorce tablas para que en ellas vivan tus ojos que adoro y canto.

Así establecidas mis razones de amor te entrego esta centuria :sonetos de madera que sólo se levantaron porque tú les diste la vida."

(Carta de madera olorosa)

viernes, 21 de agosto de 2015

Collar ligero y colorista.




Está realizado en trapillo fresa, beige y gris con los cuales he trenzado un cordón y luego dejé unas tiras sueltas.

En un lateral lleva dos flores de fieltro : una naranja y otra beige, rematadas con unos abalorios de dos tonalidades.

Ideal sobre rojos, naranjas, y grises.

Aunque con él puedes darte el gustazo... ¡Del todo vale!

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miércoles, 12 de agosto de 2015

Diseño con Estilo

Broche "Diseño con Estilo".

Un broche que puede adornar una solapa o delimitar un escote como si fuera un medio collar.

Las cuentas están cosidas sobre dos tiras de ganchillo.
Comienza con una flor roja y luego va difuminándose con piezas más pequeñas de diferentes tonos.



Lleva cuentas rojas, verdes, perlas y cuentas traslucidas.

Lleva dos cierres para sujetarlo al principio y al final.

Lo he presentado sobre un vestido negro, en donde queda muy bien.

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